jueves, 12 de abril de 2012

¿HACIA DÓNDE DIRIGES TU VIOLENCIA?

LOS TRES CAMINOS DE LA VIOLENCIA

(DINÁMICAS VIOLENTAS PARA LA SUPERVIVENCIA)

Existen tres caminos hacia donde encaminar la violencia (enfado, ira, resentimiento, celos, tristeza, miedo, se convierten en violencia cuando tratamos de acallar nuestras emociones y no sabemos manejarlas).  No confundamos la violencia con la AGRESIÓN, no es necesariamente lo mismo. Extrañamente, puede darse el caso de que la violencia suponga una forma encubierta y "desplazada"de pedir amor. Quizá porque no se tuvo en su momento, durante la infancia, y aprendimos unas estrategias. Quizá recibimos amor, pero en un lenguaje distinto al que solicitábamos. Quizá se dio ese amor, pero demasiado tarde respecto al momento en que lo solicitamos (a veces un lapso de unas horas en que un niño se siente no atendido puede ser tomado como una eternidad). De la infancia aprendemos muchos patrones que se quedan obsoletos con el tiempo y hemos de reconducir y re-aprender.

¿Te sientes identificad@ con alguna de estas "tres vías de escape" de la violencia?

1. VIOLENCIA HACIA FUERA ("El rebelde, el malo, el inadaptado, el contestatario"):
Entre matar y morir, elijo matar (tanto simbólicamente como literalmente). Cuando vi a mis padres tomando las posiciones de agresor y víctima, elegí ser también agresor.  Así que cuando no me siento atendido, saldré del círculo de mis padres a través de la violencia. En mis relaciones posteriores, sólo podré vincularme a alguien si tengo asegurado un disgusto permanente con el otro (haga lo que haga, diga lo que diga...incluso si calla, también tengo una excusa para violentarme). Siempre andaré buscando excusas para poder sentir esa ira que es de alguna manera lo que me "activa" y me ayuda a tener fuerzas para seguir adelante. A medida que pasa el tiempo, encuentro más y más excusas para enfadarme y permanecer en ese estado, aumentando la frecuencia e intensidad con el tiempo y por fin, cronificándolo.
Esta IRA es una construcción psicológica para sobrevivir, por tanto no es situacional (no depende de las circunstancias), sino que depende de una sensación crónica de soledad, negrura, desolación, (la "Nada-emocional").
Este estado me da identidad, y lo peor de todo es que incluso estando a solas la mantengo, me enfado con el mundo tal y como es, un enemigo potencial. Evidentemente es inútil, inservible, pero mantengo esta postura porque tengo MIEDO.
Ser violento genera miedo en los otros y yo me siento poderoso...por un instante. Por ello, voy  procurar montar otra situación donde yo "vuelva a ganar" y así recobrar el poder (efímero). Y lo repito una y otra vez, porque mi sed de poder es insaciable.
Este tipo de violencia suele ser más típica de los hombres.

2.VIOLENCIA PASIVA ("El buenísimo"):
Siempre soy víctima de algo o de alguien. He sido maltratad@ emocionalmente e incluso puede que físicamente, y he aprendido que no tengo la oportunidad de "vencer", soy quien siempre pierde.
Cuando crezco, voy allá donde pueda ser la persona PREFERIDA para que otro se enfade conmigo. Siempre estoy disponible para que otro descargue su furia contra mi. Si no se da la circunstancia, yo mism@ la puedo provocar. Me emparejo con alguien iracund@, así puedo perpetuar mi rol (es el único que conozco).
Mi identidad depende es mi desamparo, por ello siempre voy a buscar a personas y situaciones que estén llenas de violencia activa, ¡lo necesito!, es una sensación que he aprendido a manejar y en otras situaciones no sé actuar.
La violencia que siento sobre mi es la moneda de mi intercambio afectivo. Aunque yo no daño al otro,  sí que activo su agresividad, de forma que obtengo los beneficios ocultos del "Pobre de mi" (atención de la sociedad, compasión de los otros, ayudas externas).
Como voy a activar todo lo que esté en mi mano para que la agresión del otro suceda, siempre voy a tener aliados externos que me den la razón y que digan que es el "otro" el que debería cambiar y no yo.
Yo soy la persona buenísima que es injustamente tratada y que acaparo las "simpatías" de los que están afuera. Nunca estoy sol@, aunque sí que me siento sol@. Me rodean mis adeptos, aunque no les dejo que intervengan, para así continuar con la situación que me da poder (soy el centro de atenciones), y de paso para que nadie sepa que realmente, objetivamente, podría salir de esta situación pero en el fondo no quiero.
Allí afuera no sabría qué hacer...salvo repetir el mismo patrón de relación, buscando una persona igual a la que he dejado.
La víctima es agresiva aunque parezca que no contribuye a la situación, de este modo sabe enmascarar esta violencia. Es agresiva-pasiva: no hace nada...salvo ponerse en situaciones que enervan a la otra persona (pareja, jefe, quien sea).

3. LA NEGACIÓN DE LA EXISTENCIA DEL OTRO:
Niego las necesidades del otro, desestimo sus peticiones, soy indiferente a lo que me diga, le quito importancia a lo que el otro me dice, le ninguneo, no le avalo en sus emociones y razones, ignoro sus deseos, no hago nada por ponerme en su lugar, le ninguneo, no me importan sus prioridades..y voy a lo mío. Si nadie me ha tenido en cuenta, yo no voy a tener en cuenta a nadie.
De alguna forma es como "matar al otro".




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